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Recordarán que en una entrada anterior hacía algún que otro comentario acerca del Tratamiento Electro-Convulsivo (TEC). No sé cuantos residentes - del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria o del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín - tendrán experiencia en la administración del mismo, o si hay alguna manera sistemática de adiestrarlos para que lo sepan administrar; sin embargo, se acaba de publicar un artículo en Academic Psychiatry sobre el impacto causado en los residentes al ver como se administra este tratamiento. Los resultados no son insólitos y es posible acceder a ellos aquí . Se trata de un artículo cortito, publicado por unos húngaros - uno de ellos está afiliado a la Universidad de Hong Kong: ¡exótico!.
La lógica siguiente tiene sus peligros: si el TEC es uno de los mejores tratamientos para los trastornos afectivos (la depresión) y si siguiendo a Peter Tyrer, el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) es un subtipo de trastorno afectivo; entonces, ¿Uno de los mejores tratamientos para el TLP es el TEC? Tyrer no lo aclara, pero el debate entre él y Joel Paris en el último número de Personality and Mental Health (May 2009) contribuye a la resolución (¿?) de esta cuestión. La revista permite, por ahora, leer los artículos en PDF.
He leído el de Peter Tyrer e introduce un concepto nuevo: el de fluxitimia (¡!). En fin, ya había inventado el de cotimia ; así que otra palabra más no parece demasiado dañina.
TEC y TLP, una combinación ¿explosiva? para el fin de semana.
En la imagen: ¿Como ven las distintas disciplinas al paciente con TLP?
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