lunes, 17 de agosto de 2009

The restlessness of Nassir Ghaemi.

Parafraseando el título en inglés de una novela emblemática de un gran escritor español de la Generación del 98, he de mencionar la aparente inquietud de Nassir Ghaemi que parece estar metido en todos los fregados (uno no sabe si se trata de emular a Shanti Andía o a Zalacaín el Aventurero, que éste sí que estaba metido en fregados gordos...).

Ghaemi acaba de presentar datos en una conferencia de la Academia Americana de Psiquiatras Clínicos en el que cuestiona el uso de anfetaminas y metilfenidato en pacientes con TDAH y en pacientes con Trastorno Bipolar.

Pueden acceder a esta noticia en la revista Clinical Psychiatric News del mes de Agosto.

Uno de los hallazgos de uno de sus estudios más recientes es escalofriante: básicamente, en una muestra de 137 adultos con TDAH y Trastorno Bipolar, en tratamiento con metilfenidato, el 40% sufrió de episodios de hipomanía o de manía (pueden leer el abstract aquí - no obstante, he podido conseguir el artículo en PDF haciendo clic aquí y sin demasiados problemas).

Para aquellos que deseen ver al Dr. Ghaemi en acción, pueden ver este videoclip en Youtube.

Por otra parte, recordarán que en un post anterior había expresado reservas acerca del uso de psicoestimulantes en pacientes con enfermedad mental. Esto me hace pensar que no puedo estar muy descaminado si Ghaemi piensa que se debe obrar con la cautela y ecuanimidad Osleriana que propugna en otro lugar.

Al principio del artículo en el Clinical Psychiatric News, describen a Ghaemi como un Maverick... algo de eso hay, sin duda; ni que decir tiene que este rasgo hace sus contribuciones, por lo menos para mi, más interesantes.

Por otra parte, en la página de la Fundación Psicoanalítica Americana (la página se llama International Psychoanalysis) se hacen eco de una reciente editorial de Ghaemi en el British Journal of Psychiatry en la que pone a George Engel a caerse de un burro (esta editorial ha sido mencionada antes en Nietos de Kraepelin); en la página web de International Psychoanalysis dan acceso a una carta electrónica de Zvi Lothane en donde le da un tirón de orejas bastante duro a Ghaemi. La carta es tan dura que desde que se publicó, he estado entrando en la página web del British Journal con el fin de ver si Ghaemi había respondido o no.

Nota: Es posible que la imagen sea objeto de copyright - en ese caso, se ha utilizado únicamente para ilustrar este post y no se ha obtenido beneficio económico alguno de su uso.




4 comentarios:

Fernando Ruiz R dijo...

Que el uso de las drogas estimulantes no vaya bien en pacientes bipolares no suena raro, más bien parece de sentido común. Lo que si es penoso es que estas complicaciones del uso los psicofármacos comprueben el estado menesteroso en que se encuentran los conocimientos fisiopatológicos que subyacen a los cuadros psiquiátricos clínicos. Pero, en verdad, esto tampoco constituye un descubrimiento, ni una sorpresa. La bioquímica cerebral permanece en muy buena medida enterrada en lo desconocido. El acercamiento biológico a la psiquiatría (con todos los intereses económicos – y otros --, involucrados) se ha encargado, con éxito, en convencer a los practicantes, que en la química cerebral se encierran los misterios de la locura. Pero esto no parece tan absoluto, ni tan claro.
Lothane puede tener mucha razón acerca de las raíces históricas del modelo bíopsicosocial, particularmente en lo que se refiere a la personalidad profesional de Engel, pero a mi modesto parecer, creo que Ghaemi tiene algo y, tal vez bastante razón, en su comentario. El modelo biológico es sin duda la bandera de la lucha diaria de la práctica psiquiátrica actual, particularmente en su relación a otros profesionales de la salud mental; pero el modelo bíopsicosocial es el banderín que la disciplina despliega en los desfiles públicos, en las reuniones académicas y que se presenta a sí misma para convencerse que no es ni antihumanista, ni reduccionista en sus concepciones.
En suma, el estado doctrinal en nuestra disciplina deja bastante que desear, lo que apunta con mucha fuerza, a la necesidad de reflexión acerca de las bases teóricas de la psiquiatría. La MBP no nos sacará las castañas del fuego, sólo aporta una dimensión pragmática (parcial y limitada) a lo que se viene haciendo, sin iluminar en modo alguno la comprensión teórica de la práctica psiquiátrica. Si recuerdan a Miettinen, éste reconocía la falta de estructura teórica a la gnosis médica, y para remediar este problema, propuso como ciencia de la medicina a los estudios epidemiológicos, en otras palabras la MBP. Una aparente buena idea, pero desgraciadamente no bien razonada, ni desde el punto de vista de la praxis médica, ni desde el punto de vista epistemológico.
Con un cordial saludo,
Fernando

CCA dijo...

Querido Fernando, es grato saber de ti de nuevo. Tendría que haber adivinado que eras tú con tu concisión y precisión habitual...

Gracias por recordarnos a Olli Miettinen, al que tenía abandonado desde que dejé el Canadá. Quizás sería necesario recordar a los lectores que Fernando ha traducido una colección de artículos de Miettinen publicados en el CMAJ en el año 2001 al español y que son accesibles en este URL:http://www.psiquiatria.com/articulos/pbe/6096/

Un abrazo cariñoso desde las Islas Canarias.

Unknown dijo...

El Dr. Ghaemi contestó las críticas con fecha de ayer. A destacar la claridad de exposición (evitando referencias ad hominem contra Engel), a diferencia de la carta del Dr. Slothane en la que me costó distinguir lo positivo de la persona de Engel de lo positivo de sus aportaciones teóricas.
Completamente de acuerdo con Fernando Ruiz respeto a que el modelo biopsicosocial resulta una bandera en la que es muy cómodo adornarse cuando uno se defiende de la acusión de reduccionismo biologicista [como residente, es de lo más "curioso" ver en congresos nacionales como determinadas figuras hacen gala de la tradición de Engel, cuando en el día a día no ven más allá de la dosis de medicación]. Sería incapaz (no he leído el trabajo original de Engel) de discernir si el problema es el modelo o su interpretación habitual, pero a la practica, tal y como argumenta Ghaemi, su mayor problema es que fomenta la esterilidad y el conformismo. Las analogías o los modelos no están nada mal si sirven para fomentar el progreso de nuevo conocimiento a partir de la estructuración crítica del conocimiento previo. El problema surge cuando, con un modelo, se da por satisfecha la ignorancia, como creo que pasa con el modelo biopsicosocial. Pero ni mucho menos es el único caso, hay que ver la cantidad de "analogías biológicas" que se formulan para explicar trastornos mentales, que nunca (por el momento) se confirman y que siguen entre nosotros con perfecta salud y siendo esgrimadas a diario como si se tratase de fisiopatologías completamente demostradas. No sé si el problema son los modelos o las analogías, o la escasa capacidad crítica de los receptores. Por esto último considero de especial valor los modelos que contemplan no sólo nuestra conocimiento actual, sino en especial nuestros desconocimientos, como puedan ser las perspectivas de McHugh i Slavney o el pluralismo de Ghaemi o, sin ir más lejos, la psicopatología general de Jaspers.

Aprovecho la ocasión para felicitar al autor del blog, ya que más allá de su excelente contenido y continuo esfuerzo para encontrar temas de interés y controversia, personalmente me está resultando uno de los mejores antídotos para combatir la "morriña" en plena rotación externa por Baltimore!

CCA dijo...

Gracias por informarnos acerca de la respuesta de Nssir Ghaemi.

También gracias por las amables palabras.

Buena suerte con la rotación externa... y un abrazo.