Lo que proponen Moncrieff y Cohen es sencillo: es necesario usar una perspectiva que no está centrada o basada en la enfermedad (Illness Based Model - Modelo Basado en la Enfermedad); es decir, no es que haya un exceso de dopamina en la psicosis y que la eficacia clínica resulte de bloquear los receptores D2, sino que el uso de la clorpromazina, por ejemplo, genera un conjunto de efectos propios, modificando el estado mental del sujeto, que se interpreta como una mejoría clínica de sus síntomas. Aquí es dónde entra el artículo de Healy - de lectura obligada, en mi opinión y receptor del premio Mental Health Foundation de 1989 -, vide supra, que explica como la sensación de indiferencia provocada por la Clorpromazina - que se puede hallar en sujetos normales - constituye un estado alterado de la mente que facilitaría la reorganización de la misma en un sujeto caótico y con psicosis.
En resumen, parece más útil y heurísticamente satisfactorio concebir el efecto de la quetiapina en términos de su acción propia que en términos del antagonismo D2 que además en el caso del fenómeno de la adicción a la misma, no llega a explicarlo.
Dando un salto categórico a lo Ryle llegaríamos a este otro artículo en un BMJ de 1988 - cortesía del blog de Justin Marley, The Amazing World of Psychiatry - con el título: ¿Qué deberían de hacer los psiquiatras en la década de 1990? De acuerdo con Bennet, con los cambios que se avecinaban hace 21 años, los profesionales de la salud mental procedían de medios no médicos, y por lo tanto "tendían a no concebir los problemas de la vida diaria en términos de enfermedad. Estos profesionales están interesados principalmente en la salud, y variaciones en el funcionamiento normal son consideradas, tanto como se pueda, en términos sociales; los médicos, en contraste con lo anterior, están más interesados en la enfermedad y por tanto conciben esas variaciones dentro de términos médicos".
Algo tan obvio y tan sencillo como esta afirmación podría explicar el porqué de que se haya perpetuado el Modelo Basado en la Enfermedad que mencionaba Joanna Moncrieff más arriba. Por otra parte, es inevitable pensar que lo propuesto por Moncrieff y Cohen (el Modelo Healy-Moncrieff-Cohen) es más elegante y más válido que la perspectiva convencional. Supongo que dará que hablar en los próximos años... sería interesante saber qué es lo que piensa Big Pharma de todo ello.
2 comentarios:
Usted mencionó que había conocido a la díscola Joanna Moncrieff en sus años formativos en la rubia Albión. Sin duda sus artículos son sanamente heterodoxos y cuestionadores; había encontrado algunos que podrían ser de interés a sus lectores pues yo no podría haber resumido mejor la idea nuclear de la Moncrieff:
http://psychrights.org/Research/Digest/NLPs/actadrugwith.pdf
(Este es del Acta Psychiatrica y en la línea de pensamiento expresada, desarrolla hipótesis acerca de que la reaparición de psicosis al suspender el antipsicótico no se debería precisamente a la enfermedad en sí).
http://www.plosmedicine.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pmed.0030240
(en Plos había expresado su hipótesis centrándose en los antidepresivos).
Varias de estas ideas las ha desarrollado Moncrieff en su libro "El mito de la cura química" al que se puede acceder de aquí -disculpando el impudor de citarme-:
http://desdeelmanicomio.blogspot.com/2009/04/el-mito-de-la-cura-quimica.html
Saludos siempre Desde el Manicomio.
Querido Lizardo, muchas gracias por la contribución.
Ya sabía yo que su libro lo había comentado alguien... no caía...
un abrazo.
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