domingo, 23 de enero de 2011

La mujer temblorosa - Autora: Siri Hustvedt.

Estoy leyendo "La mujer temblorosa" de Siri Hustvedt, que es la mujer de Paul Auster, nada menos, de veleidades Lacanianas, pero de prosa clara y tersa (la de Auster). El libro de Hustvedt es  de lectura obligada de rigor para psiquiatras, especialmente para aquellos de contorno reduccionista o neo-kraepeliniano (Klerman dixit - la página 4 del documento en PDF trae la tabla del Credo Neo-Kraepeliniano).

El libro vendría a ser la ¿primera? crónica del siglo XXI de una persona que escribe desde el autodiagnóstico de histeria (se diagnostica ella misma de trastorno de conversión en las primeras páginas).

La lectura es apasionante y más aún cuando cita la literatura científica más reciente. Me hizo pensar en lo que respondía Sydenham cuando los estudiantes de medicina le preguntaban qué debían de leer, Sydenham contestaba: Lean El Quijote. Algo de esto hay con el librito de Hustvedt.

No lean el DSM, lean "La mujer temblorosa".

En la imagen: Siri Hustvedt - imagen procedente de la Wikipedia.

5 comentarios:

Blog salud mental dijo...

del blog de Paco Traver:

http://carmesi.wordpress.com/2011/01/16/la-mujer-temblorosa-y-ii/

Miguel dijo...

gracias por la referencia.
Por cierto en novelas clínicas no olvidemos el muy recomendable tratado que hace Stefan Zweig en "La curación por el espíritu" con la biografia de Mary Baker-Eddy
Un saludo.

hplovecraft dijo...

Paco: el post al que haces referencia es excelente. ¡Muchas gracias!

Paco Traver dijo...

Gracias por vuestros comentarios. he encontrado por casualidad este post acerca de la mujer temblorosa y me ha hecho gracia que como psiquiatras os haya llamado la atención, tanto como a mi. Tomo nota del libro de Zweig.

Anónimo dijo...

Hace como un año (...) hicieron un documental en TV sobre la migraña (o de literatura, no recuerdo) y curiosamente ponían a esta señora como ejemplo de padecer un tipo de migrañas acompañadas en las que ve hombres pequeñitos como si fueran liliputienses totalmente rales (sic). No se si lo comenta en alguno de sus libros, pero el caso es que argumenta que fue en un hotel en Londres y lo curioso (también sic) es que no se asustó si no que le resultó divertido.

Hace 15 años tuve mis primeras migrañas acompañadas cuya manifestación fue "ver" ese "alambre de bombilla" ( F. Netter, por cierto lo representa magistralmente en una de sus ilustraciones) que me impedía ver el monitor y leer. Me asusté tanto que irrumpí en plena sesión clínica de Neurología con un ataque de ansiedad terrible creyendo que eran los síntomas de algún tumor o un aneurisma. El caso fue que me tranquilizaron después de algunas preguntas y a los pocos minutos ocurrió lo que tenía que ocurrir según su diagnóstico: dolor insoportable de cabeza, náuseas y fotofobia. Nada, para casa con "jaquecas". Ya luego se han repetido un par de veces más por situaciones límites de estrés y como pedí me hicieran un escáner en su día (¿les dije que soy un pelín hipocondriaco?) con resultado negativo para todo lo que me había autodiagnosticado he aprendido a vivir con ellas.

Bueno, el caso es que ¿qué hubiese sido de mí si hubiese visto pequeños hombre correteando por mi estudio en vez de padecer un episodio de migraña común? No he pedido ayuda a San google ni Wikipedia para este comentario, pero ¿puede ser cierto lo de esta señora?

Es más... ¿vivió ella los 60 a tope lo que, en cierto modo, la inmunizó para tales visiones...?

El párrafo anterior me recuerda una escena de Cars donde el Jeep (militar) y una furgona Wolsvagen (Jipi) miran cómo parpadea el color ambar. Pocas escena en el cine representan el aburrimiento como ésta (a excepción de las que hacía Andy Warhol). Después de un minuto eterno, la furgona con voz de limpia coches de aparcamiento de hospital "dice si te fijas bien, el tercer parpadeo dura un poco más" y el cascarrabias Jeep sin mirarle le contesta "los 70 te sentaron mal ¿verdad?

Con todo mis respeto a los que padecen de visiones u otras manifestaciones por migrañas... pero es que lo de Siri Hustvedt me llamó poderosamente la atención.

Juan R. Verona