Just so stories...
Hace unos días me "regalaron" el libro En el mundo paranoide de Ediciones Aula Médica. He entrecomillado la palabra 'regalaron' para ponerme a tono con el primer capítulo del libro, escrito por Germán Berrios y con el título Anhelo de una historia adecuada sobre la paranoia. En las tres primeras páginas hay nada menos que 18 palabras entrecomilladas.
Este exceso aparentemente innecesario me recordó un libro de un filósofo australiano, D.C. Stove, que se publicó hace tiempo en español (Tecnos, 1995) con el título de Popper y después. Cuatro irracionalistas contemporáneos (la sinopsis del libro, en inglés, accesible en la Wikipedia, es magistral).
De acuerdo con Stove, Popper introduce la técnica de la neutralización de las palabras-de-éxito. Stove propone que hay palabras que cognitivamente implican éxito o logro, como por ejemplo: conocimiento, descubrimiento, hechos, verificar, verdad y prueba, entre otras.
Añade que los filósofos no pueden prescindir de ellas, pero que si se utiliza el entrecomillado, se altera todo: la frase 'Galileo descubrió X' tiene un significado completamente diferente de 'Galileo "descubrió" X'.
El elemento conferido por la ambigüedad es esencial, consideren - siguiendo los ejemplos de Stove - un cartel en una pescadería en el que estuviera escrito 'Pescado "fresco"'.
Este artificio también puede ser utilizado con palabras y términos que supongan un fracaso cognitivo, como: error, falso, refutar, etc. La frase 'Una teoría "refutada"' no es lo mismo que 'Una teoría refutada'.
Es interesante ver como Berrios, en el capítulo mencionado, usa ese lenguaje de logro, de éxito, y al mismo tiempo lo neutraliza. Stove calificaba a Popper y a sus epigonos, Lakatos, Kuhn y Feyerabend de filósofos irracionalistas - es posible así, extender el calificativo a la narrativa de Berrios.
En esencia, la reflexión/comentario que me hago y que sigue es la/el siguiente: Germán Berrios ha experimentado un cambio gradual de cosmovisión (en tanto que el término es más amplio y rico que epistemología); ha pasado de una cosmovisión fuertemente impregnada de realismo científico (llamémosla Berrios 1) a una menos convencional y postmoderna en donde lo que predomina es una suerte de constructivismo epistemológico moderado y con reservas (que se puede abreviar con el nombre de Berrios 2).
¿Por qué tiene esto importancia para mi? Porque en principio me alineo con la epistemología realista del Berrios 1 y tengo graves prevenciones con respecto a Berrios 2. Si como Berrios ha manifestado varias veces la raison d'être de la profesión - la psiquiatría y los psiquiatras - son los pacientes que sufren y que piden ayuda, me parece de gran pobreza el ofrecerles afirmaciones como esta:
- "[...] la investigación empírica por sí sola no resuelve todos los problemas, el estado actual de las cosas no es mucho mejor de lo que fue en los primeros siglos, y cualquier plan para mejorarlo tendría que basarse en el firme conocimiento histórico para determinar donde fueron mal las cosas" (Tratado de Psiquiatría. Capítulo 5. Etiología en psiquiatría. pág. 116, columna 2).
Y más, cuando en 1994 alertaba en un artículo acerca de la metodología de la historia de la psiquiatría de lo siguiente:
- "The history of psychiatry is ailing from ’migrant worker-disease’.Philosophers, sociologists, social anthropologists, professional historians and others have discovered that psychiatry is the ideal testing ground for their pet theories. Just like the atomic scientists of old, the new-age ones hit and run, leaving much conceptual fall-out behind. They rarely stop to ask what might happen to patients and psychiatric services alike if, through some crevice in the soil, the fall-out feeds some proverbial political monster who (as it happened in Italy not long ago) decides to implement their views? [...] Clinicians do not want historical voyeurs or subjects who use their writings to act out their hang-ups: the mentally-ill deserve better than this".
Mencioné más arribas que no trato de escribir un riguroso artículo crítico - se trata de impresiones, quizás sesgadas; sin embargo, no puedo dejar de pensar que mucho de lo que pasa por erudición, hoy en día, se basa en especulaciones, como las que hago aquí, adornadas de alguna que otra referencia bibliográfica sugerente.
En esta línea, me apena el relativismo, el perspectivismo, de Berrios puesto que creo que justifica, sin proponérselo, mucha "narrativa" sin rigor.
NB:
- En cuanto a lo del "regalo" del principio, he de confesar que el libro fue un "obsequio" no solicitado de una conocida compañía farmacéutica.
- En lo concerniente al título del post: Just so stories... leer aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario