Acabo de leer que Agustín Cañas falleció ayer o antes de ayer - notablemente, dos psiquiatras de LP con los que mantengo algún contacto, me lo comunicaron independientemente.
Me encontré con Agustín al poco de llegar de Inglaterra. Sus circunstancias me interesaban puesto que se había formado en un país de la Comunidad Económica Europea, como yo; Agustín se formó en Portugal, mientras que yo me marché a Inglaterra por razones que no vienen al caso. Agustín tenía esa condición de “Outsider” que en mayor o en menor medida acarreó hasta el final - no sé si esto es bueno o malo. Sólo sé que yo también llevé (y llevo) ese sambenito; haberse formado fuera se consideró, por la mayoría dominante, lo que se llamó, no sé si con sorna, “La Escuela de Tafira”, oprobioso. Compartí con Agustín algunas lecturas - sé que estimaba a Frank Fish y a su libro editado por Max Hamilto; también sé de su seriedad en materia de psicopatología/fenomenología y de su admiración por Germán Berrios - pero me apena no haber conectado aún más con él. En fin, lamento su muerte; me entristece.
Me entristece también la actitud irritante de la American Psychiatric Association en relación con el blog Dx Revision Watch: amenazó a su autor con acción legal si continuaba utilizando el acrónimo dsm5. Esta reacción de la APA es ominosa. Es como si dijeran que no debemos meternos con sus esfuerzos de catalogar la enfermedad mental ya que lo proponen es dogma de fe científico. Veremos en qué queda la cosa.
Me encontré con Agustín al poco de llegar de Inglaterra. Sus circunstancias me interesaban puesto que se había formado en un país de la Comunidad Económica Europea, como yo; Agustín se formó en Portugal, mientras que yo me marché a Inglaterra por razones que no vienen al caso. Agustín tenía esa condición de “Outsider” que en mayor o en menor medida acarreó hasta el final - no sé si esto es bueno o malo. Sólo sé que yo también llevé (y llevo) ese sambenito; haberse formado fuera se consideró, por la mayoría dominante, lo que se llamó, no sé si con sorna, “La Escuela de Tafira”, oprobioso. Compartí con Agustín algunas lecturas - sé que estimaba a Frank Fish y a su libro editado por Max Hamilto; también sé de su seriedad en materia de psicopatología/fenomenología y de su admiración por Germán Berrios - pero me apena no haber conectado aún más con él. En fin, lamento su muerte; me entristece.
Me entristece también la actitud irritante de la American Psychiatric Association en relación con el blog Dx Revision Watch: amenazó a su autor con acción legal si continuaba utilizando el acrónimo dsm5. Esta reacción de la APA es ominosa. Es como si dijeran que no debemos meternos con sus esfuerzos de catalogar la enfermedad mental ya que lo proponen es dogma de fe científico. Veremos en qué queda la cosa.