El periódico local
La Provincia publicó el 28 de Diciembre de 2009 un artículo con el título
Los porros hacen daño, pero no irreversible del que llevo tratando de comentar desde hace días.
Se trata de un artículo de agencia que hace referencia a otro artículo publicado nada menos que en el
Schizophrenia Bulletin. Aunque estoy suscrito a la
fuente web o
feed del
Schizophrenia Bulletin, he de admitir que se me pasó este artículo:
Cannabis and first episode psychosis: different long-term outcomes depending on continued or discontinued use .
Uno de los aspectos más importantes, para mi, es que los autores son españoles; entre ellos destacan dos lumbreras de la psiquiatría española (Eduard Vieta y Celso Arango); Ana González-Pinto no les va a la zaga, pero por alguna razón, los dos citados pitan más.
Prima facie, pensé que se trataba de otro de esos trabajos de investigación en el que se articula lo obvio; sin embargo, el rigor metodológico del mismo, lo hace digno de leerse con atención. Se podría abrir una sesión de debate en la que se comentaría si la recopilación y la verificación de datos y hechos es una actividad científica legítima y se concluiría que sí lo es; desde luego, este artículo no ofrece un
"insight" profundo en la naturaleza de la interacción entre el cannabis y la etiología de la psicosis, por ejemplo. Sin embargo, representa clara e inequívocamenente lo que es la labor sistemática y acumulativa de los científicos - labor denostada por los filósofos de la ciencia historicistas (Popper, Kuhn, Lakatos... pero esa es otra historia).
Pero, ¿Es acaso superior al artículo de Arango
et al. la discusión conceptual acerca de la
"Primacía de la manía" que Koukopoulos y Ghaemi publicaron recientemente?
La propuesta de Athanasios Koukopoulos y de S. Nassir Ghaemi es, al menos, diferente: opinan - y tratan de documentarlo empíricamente - que se ha expandido demasiado el concepto de depresión, haciéndolo algo inútil; al contrario, se ha restringido el de manía, de tal manera que - tal y como manifiestan en la página 126 -
"[...] metafóricamente hablando, la manía es el fuego y la depresión es la ceniza".
En otras palabras, la depresión es la consecuencia de los procesos de excitación de la manía, tal y como escriben en el
abstract del artículo. Por lo tanto, sería necesario reconsiderar el uso de fármacos antidepresivos, ya que en lugar de tratar de elevar el afecto del paciente, el objeto del tratamiento sería suprimir la excitación maníaca (este último concepto tiene poco que ver con el de excitación maníaca
sensu stricto, y es por consiguiente
sui generis).
Una de las pruebas empíricas que aportan es el
hallazgo relativamente reciente de que los antidepresivos en pacientes con depresión - en el contexto de un trastorno bipolar - contribuirían al empeoramiento de su enfermedad/trastorno.
Entre el rigor metodológico del primer artículo y el aparente exceso especulativo del segundo, se podría situar un meta-análisis que se acaba de publicar en la revista
JAMA y que vuelve a tocar el tema que tocó hace dos años Kirsch en su
famoso meta-análisis publicado en PLoS Medicine y que provocó algo de revuelo: los antidepresivos tienen el mismo efecto que el placebo en depresiones leves y no demasiado graves; sólo en depresiones severas se despegan del placebo.
Del artículo en
JAMA a principios de este mes, se hicieron eco varios blogs importantes y pueden leer algunos comentarios
aquí y
aquí. La lectura más ponderada e inteligente del artículo la efectúa Danny Carlat en su
blog- ésta última vendría a ser la versión seria del psiquiatra clínico; los comentarios de Carlat están divididos en dos
posts, sólo he establecido un link con el el primero.
Tanto el primer artículo, como el segundo y el meta-análisis aludido, hay que leerlos en el contexto de una muy reciente editorial (correspondiente al 7 de Enero) publicada en la revista
Nature y con el título
"Una década para los trastornos psiquiátricos".
El subtítulo es muy sugestivo ya que dice lo siguiente:
De muchos modos el conocimiento disponible acerca de la esquizofrenia y de su tratamiento están maduros para una revolución. El subtítulo hace alusión, como es
de rigueur a T. S. Kuhn y a sus paradigmas - lo que no deja de ser un poco out of fashion.
La editorial me recuerda un comentario, en el libro
"A history of psychiatry", hecho con algo de sorna por E. Shorter acerca de Adolph Meyer; de acuerdo con Shorter, para A. Meyer en relación a la enfermedad mental
"todo era muy complicado" y esto lo expresaba en su huída del reduccionismo biologicista.
Creo que esencialmente la editorial plantea algo similar: en la actualidad el desarrollo de la psiquiatría y el entendimiento de la enfermedad mental pasa por la multidisciplinariedad en las neurociencias, incluyendo el uso de la genética molecular. Por consiguiente, todo es muy complicado... Lo que ilustraría la distancia existente entre la clínica y el laboratorio y la necesidad de acortarla como sea, para evitar una inflación de la información sin verstehen acompañante (¿O era erklären?), que diría K. Jaspers (¿O era Dilthey?).
NB: en la imagen superior izquierda, pues ya saben... En la inferior derecha, Edward Shorter - esta última imagen será retirada a peticdión del autor al no conocerse la situación de la licencia de copyright.